Una combinación de dos estimulantes del sistema inmune cura cinco tipos de cáncer en ratones modelo.
Cualquier cosa que tenga un acelerador debe llevar también un freno, y el sistema inmune es un ejemplo exquisito de ello. Su principal función es destruir a los agentes invasores –virus, bacterias, hongos, parásitos—, pero eso requiere disponer de un arsenal armamentístico que, en las manos del general incorrecto, o simplemente salido de madre por error u omisión, se convierte en un riesgo letal para su propietario. La artritis, el lupus, la diabetes de tipo I y otra cincuentena de enfermedades autoinmunes se deben que el sistema inmune del paciente se excede en sus funciones y reacciona contra sus propias células. Y al revés, las inmunodeficiencias que nos desprotegen de la infección y el cáncer se deben a que el sistema tiene demasiado pisado el freno. Jugar con ese delicado balance es una de las líneas de investigación más prometedoras contra el cáncer, la inmunoterapia, como puedes leer en Materia.